Reseña de Película Dune

Escrito por el 23 de diciembre de 2021

En el año de 1965, llegó al mundo editorial una novela que cambiaría por completo los paradigmas en la ciencia ficción; una novela que sentaría las bases para futuros proyectos literarios y cinematográficos, tales como Star Wars, Blade Runner, Alien, entre otras. Esta novela lleva por nombre Dune, o en su idioma español Duna, escrita por el autor estadounidense Frank Herbert.

La mitología del universo de Dune es tan rica, compleja y extravagante, que muchos consideraban que traducir su narrativa a la pantalla grande, era prácticamente imposible. Lo intentó David Lynch en el año de 1984 (siendo su cinta considerada como un fracaso tanto en taquilla como entre la crítica), y posteriormente, se hizo el intento de llevar el universo de Dune a la pantalla chica en el año 2000. No obstante, en ninguno de los dos formatos fue posible explicar la complejidad narrativa de Herbert… o eso parecía, hasta ahora.

Este año, tras varios retrasos originados por la pandemia de COVID-19, la nueva adaptación de Dune ha llegado finalmente a salas de cine. Con altas expectativas de fanáticos alrededor de todo el mundo, y con un fuerte potencial para convertirse en una de las franquicias más épicas, memorables e icónicas de esta década, parece que Dune llegó para quedarse.

La cinta, situada en un futuro distópico donde la humanidad ha emigrado al espacio, sigue a Paul Atreides, un joven príncipe con habilidades y un destino que van más allá de su comprensión. Paul y su familia son obligados a viajar a Arrakis, un planeta árido y desolado, para preservar y administrar uno de los recursos más valiosos de toda la galaxia: la especie. Sin embargo, la Casa Atreides se tendrá que enfrentar a fuerzas externas que desean infiltrarse en el territorio y hacerse propietarios de la especie, y a esta guerra sobrevivirán únicamente aquellas y aquellos que logren conquistar su miedo.

Como lo mencioné anteriormente, el universo de esta historia es bastante complejo, pero en general, la premisa nos presenta una idea que es lo suficientemente digerible y atractiva para atraer a nuevas audiencias y no confundirlas; pero también es lo suficientemente leal al material de origen para llamar la atención de todo aquel que haya leído la novela de Frank Herbert.

La narrativa de Dune es fascinante. El guión nos lleva a través de una odisea espacial en la que se suscita aventura, guerra, acción e incluso misterio. La mitología es explicada de forma visual más que narrativa, y es abordada de forma pausada y digerible, de tal forma que el espectador no se sienta abrumado con un centenar de nombres y términos a la vez. Asimismo, la película logra explorar de forma contundente, arriesgada y provocativa temas como la colonización, el imperialismo, el destino y la grandeza. A pesar de esto, llega un punto de la cinta (en particular, entre el segundo y el tercer acto) donde el ritmo parece decrecer un poco, y donde quizás la narrativa pudo haber hecho mejor uso de sus elementos, plantea escenarios y situaciones que parecieran llevar a un punto clave y contundente, simplemente para insertar otra secuencia antes de llegar al verdadero clímax.

Pese a este tropiezo en el guión, he de reconocer que Dune se destaca, aún más, por otros dos elementos: su cinematografía y su banda sonora. Los planos de Dune son impresionantes. Como es bien sabido, Denis Villeneuve, director de esta cinta, es uno de los autores contemporáneos que juega y experimenta con elementos a escala en sus encuadres, y Dune no es la excepción. Al conjugar en su fotografía naves y criaturas enormes, con otros sujetos y elementos visuales pequeños en su contraparte, crea imágenes y secuencias hermosas en las que destacan sombras y destellos, pero también grandeza y exuberancia.

En cuanto a su diseño sonoro, este es simplemente fascinante. Pocas bandas sonoras logran transportarte y sumergirte de lleno a un universo ficticio extraterrestre; en su momento, lo logró John Williams con su icónico soundtrack de Star Wars; o incluso con la musicalización de Harry Potter, cuyas melodías y acordes logran trasladarte al mundo mágico de Hogwarts. Con Dune pasa algo bastante similar, y todo es gracias al ingenio de Hans Zimmer. La banda sonora de Dune tiene tintes tribales que se entremezclan con la epicidad de una odisea espacial; una donde predomina y se palpa el poder, la aventura y la guerra.

A grandes rasgos, puedo decirles que Dune es una experiencia cinematográfica que se equipara a otras grandes producciones fantásticas de Hollywood. Al contar con un increíble elenco (en el que encontramos nombres como Timotheé Chalamet, Zendaya, Rebeca Ferguson, Oscar Isaac, Josh Brolin, y Javier Bardem), una cinematografía que te roba el aliento, y un soundtrack que te eriza la piel, es Dune la aventura espacial que impone y deslumbra de formas épicas.

Si quieres vivir esta experiencia en compañía de tu amigo, familiar, o pareja, puedes disfrutar de Dune en tu sala de cine más cercana.

Redactado por: Juan Rodríguez

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